Lectura Juan 16:12-15
"Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad, porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir"(vs 13)
¿A veces te has sentido confundido o confundida? Tal vez, en algún momento te has encontrado sin saber a dónde ir, qué hacer, qué decir, qué pensar y hasta qué creer. Quizás por la situación que te embarga, hasta el punto de sentirte solo o sola. Pero sabes, el Espíritu de Dios, a quien no vemos, no palpamos, pero podemos estar convencidos que está siempre a nuestro lado. A quién Jesús envió para que nos acompañe: "Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros y estará en vosotros" (Juan 14:16-17)
Si, Él nos guía "Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios" (Romanos 8:14) Nos consuela, nos enseña todas las cosas y nos recuerda lo que Jesús dijo (Juan 14:26). El Espíritu de Dios, nos dará palabras en el momento necesario.
Por medio de nuestro Señor Jesucristo, tenemos paz para con Dios (Romanos 5:1). En medio de las pruebas, las tribulaciones, las necesidades, las debilidades, Él está ahí, intercediendo por nosotros y nosotras, además lo hace con gemidos indecibles, como dice en Romanos 8:26
En el vivir diario, en la lucha de cada día, en nuestro trabajo secular, en el momento de servir a Dios, siempre, pero siempre, está y estará el Espíritu de Dios. Si nos falta sabiduría, pidámosla a Dios, como nos dice en Santiago 1:5 "Y si alguno de vosotros, tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada" Dios nos lleva por caminos de luz, de paz, de seguridad.
Pero hay un elemento que no debe faltar, y ese es la fe, cuando hay fe, hay esperanza, hay paciencia, hay convicción de que a nuestro lado está el Consolador, el que nos guía, nos ayuda; y podemos sentir su amor.
Ésta es la verdad, Jesús cumplió lo que prometió; Él está ahí para ayudarte. Créelo.
M.L. Osdalys E. Francia de Miranda
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