“Aconteció como ocho días después de estas palabras, que tomó a Pedro, a Juan y a Jacobo, y subió al monte a orar” (Lucas 9:28).
¿Qué significa subir al monte en nuestro entorno cristiano? Subir al monte es orar. Y orar es hablar con Dios, conversar con nuestro Padre.
Jesús escogió a Pedro, a Juan y a Jacobo para que le acompañaran al monte y hoy te ha escogido a ti y a mí para que le acompañemos a orar, a interceder por nosotras y nosotros, y por tantas otras personas que lo necesitan. Dios ha dado pautas a seguir en la oración y les menciono algunas de ellas:
1. La oración debe ser diaria. (“Orad sin cesar” 1 TS. 5: 17 y Ef. 6:18) Debemos estar siempre en contacto con el Señor
2. Lugar y en qué estado emocional, para orar:
a) Cuando oremos, podemos hacerlo en cualquier lugar y no debemos estar enojadas/os, ni enemistadas/os. (Quiero, pues, que los hombres oren en todo lugar, levantando manos santas, sin irá ni contienda. (1Tim. 2:8).
b) También a solas. Dónde ninguna persona nos moleste. (“Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.”. Mateo 6:6).
3. Al orar, hagámoslo sin hipocresía (“Y cuando ores, no seas como los hipócritas;…”. Mateo 6:5)
4. Que en nuestro corazón, no haya rencor y haya humildad (“Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores”. Mateo 6:12, 14-15).
5. Tengamos plena confianza, creyendo que Dios nos oye y recibe nuestras oraciones (“Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá” Marcos 11:24).
6. Que no haya dudas (“…, y no dudare en su corazón, sino creyere que será hecho lo que dice, lo que diga le será hecho” Marcos 11:23).
7. No hagamos acepción de personas, oremos por aquellos, aunque usted piense; que no se lo merece. (“…, y orad por los que ultrajan y persiguen” MT. 5:44)
8. Cuando oremos, no sólo pidamos y pidamos. También debemos alabar y darle las gracias a Dios, como lo hacía Daniel. (“…, y oraba y daba gracias delante de su Dios, como lo solía hacer antes”)
Sí, orar es subir al monte como lo hicieron estos discípulos, acompañado de Jesús. Y allí, en el pasaje de hoy,” Lucas 9:28-36” ocurrió algo maravilloso en ese monte, la transfiguración. Donde Jesús, acompañado de Moisés y Elías, conversaban. Y las vestiduras y el rostro de Jesús estaban blancos y resplandecientes.
Ese resplandor y blancura, la podemos tener cada vez que vayamos al monte a orar, al lugar donde nos apartemos para adorar a Dios y conversar con. Él, contándole nuestras debilidades, dolencias, necesidades, y otras peticiones que tengamos. Cumpliendo con las pautas que Él nos pide. Despojémonos de todo peso desagradable a Él, y de toda carga, entreguémosla al que todo lo puede. Quedando confiadas/os y ligeras/os, porque sabemos que nuestro Padre Amoroso, se hará cargo, y nos responderá conforme a su voluntad. Sabemos que su voluntad es perfecta. Y nuestras vestiduras y rostros, resplandecerán. Para gloria y honra del Señor. Amén? Amén.
OREMOS por Ucrania, por Rusia y por todos sus habitantes y autoridades. Que Dios tenga misericordia, en el nombre de Jesús Amén.
Pastora Osdalys Francia
Comments