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Radicalidad en el llamado a la acción

Foto del escritor: sinodoipvsinodoipv

En un cuartico lleno de peroles, a veces con mucho calor, otras veces con mucho frío, me encuentro todos los días con una amiga y un amigo para almorzar; le hemos llamado a ese lugar “el VIP”, porque más que la apariencia, es un lugar acogedor donde transcurren las mejores conversaciones que tres amigos pueden tener, sobre política, economía, teología, trabajo, historias y gustos. En uno de estos tantos almuerzos nos hallamos hablando sobre la pasión y la entrega por lo que creemos, debatíamos sobre la coherencia del discurso cristiano con su acción, la necesidad de ser radicales en nuestras luchas y de defender nuestros ideales; yo soy el más joven de los tres y siempre muestro mi parecer con pasión y vehemencia; en esta ocasión cito a Camilo Torres Restrepo, sacerdote colombiano muerto en combate revolucionario, lo pongo como ejemplo de lo que es ser radical, al punto de incluso dar la vida por causa de aquello que defendemos, Camilo en ese momento es una referencia que nos conmueve a los tres. Estamos en un cuartico de 4 metros cuadrados, pero pensamos en el mundo entero, desde ahí nos mueve el llamado al amor eficaz.

Al encontrarme a Jesús en el evangelio veo el inicio de una misión clara, tiene un ideal por el cual será capaz de posteriormente ir a la cruz, viene a la vida pública en un acto puro de amor, enseña a Juan a obedecer la voluntad del padre, es bautizado, sale del agua y los cielos se abren para ungir un camino de entrega, los cielos se abren para iluminar un camino de valentía y coraje, los cielos se abren para proclamar un propósito radical de buenas noticias para el pobre y oprimido, de justicia para el huérfano y el pobre, de alegría para el desvalido; no se abre el cielo como decoración litúrgica, es la divinidad misma confirmando que aquel que sale del agua viene a cumplir lo que estaba escrito: “Yo Jehová te he llamado en justicia, y te sostendré por la mano; te guardaré y te pondré por pacto al pueblo, por luz de las naciones, para que abras los ojos de los ciegos, para que saques de la cárcel a los presos, y de casas de prisión a los que moran en tinieblas”. Isaías 42: 6-7.

Comenzando el 2020 es necesario tener reflexiones como las de “el VIP” en torno a la historia y en torno al llamado que como cristianas/os tenemos, vivimos en un tiempo en el que la pasividad o la inseguridad no son opción, la claridad en nuestra tarea es el principal elemento que debe estar en nuestro accionar, así como Jesús inicia su ministerio público ya con un claro objetivo, nosotras/os estamos llamados/as a seguir ese ministerio, a seguir radicalmente dando liberación a este pueblo cautivo de la desesperanza y atrapado en la lógica del capital, es nuestra tarea levantar nuestra voz y hacer justicia. La opción del padre Camilo fue radical, fue su manera de amar sin medida, fue su manera de demostrar que el amor eficaz no es solo un discurso que se pronuncia desde el púlpito o que se queda en el bautismo.

Quiera El Señor seguir mostrando a la Iglesia Presbiteriana de Venezuela el camino del amor radical, quiera El Señor apartar nuestra vista de lo superficial para entrar al verdadero ministerio de acción por los que requieren liberación en este país y al interior de nuestra iglesia. Quiera Dios ayudarnos a comprender la radicalidad lejos del deseo de atropellar al otro, lejos la radicalidad de callar al que no piensa igual que yo, lejos la radicalidad de adueñarme de los espacios que no me pertenecen, que seamos pues radicales en nuestra opción por los pobres. Quiera Dios que todo nuestro liderazgo tenga momentos como los del VIP, para ser confrontados, para ser llamados, para ser señalados y poder vernos más allá de lo que nosotros mismos podemos ver.


Julio César González






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