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“QUE TAN GRANDE Y BUENA NOTICIA” Lectura: Lucas 1: 26 – 38

Foto del escritor: sinodoipvsinodoipv

Mas ella, cuando le vio, se turbó por sus palabras, y pensaba qué salutación sería ésta. Entonces el ángel le dijo: María, no temas, porque has hallado gracia delante de Dios” vs. 29, 30


A veces, cuando repica el teléfono, siento como un sustico y hago una breve oración: “Padre toma control, que no sea nada malo, en el nombre de Jesús. Por favor.

Si, suele sucedernos a algunos de nosotros o algunas de nosotras, sentimos temor a las malas noticias. Pero resulta que Dios tiene absoluto control de mi vida y de la tuya. Así como la tuvo de María. La misión del ángel Gabriel fue anunciar esa grande y buena noticia “El nacimiento de Jesucristo” Aunque con esto, causó perturbación a María, imagínese; ella que no había conocido varón, una virgen desposada con José. En ese entonces diría ella: ¡Dios ¿Qué situación? ¿En qué problema me has metido?¿Qué será de mí? ¿Qué va a decir mi novio José? ¿Qué harán conmigo la gente de este pueblo?...!Tantas y otras preguntas se haría María. Y si, tenía razón de estar temerosa, no era fácil las consecuencias que podría traer esta noticia.

Pero ella fue honrada, bendecida y favorecida. Fue privilegiada entre todas las mujeres, fue la escogida. Nos pasa también a nosotras y nosotros, cuando estamos pasando por circunstancias que nos parece que nos dejarán secuelas negativas, pero se nos olvida que si es decisión de nuestro Padre Amado, no hay temor, ni susto que valga. Cuando Dios dispone algo para sus hijas e hijos, es siempre con propósito, recordemos: “Porque mis pensamientos no son vuestros, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos. Porque como desciende de los cielos la lluvia y la nieve, y no vuelve allá, sino que riega la tierra, y la hace germinar y producir, y da semilla al que siembra, y pan al que come, así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que lo envié” lo dice Isaías 55: 8 – 11.

Vemos que el ángel Gabriel, al darle la noticia a María: “… María, no temas, porque has hallado gracia delante de Dios. Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS. Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre; y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin (vs. 30 – 33). Que grande y buenísima noticia, el milagro de la venida del Hijo de Dios a este mundo. Dios escogió a esa mujer como portadora llevando a la Persona en su vientre, fue quien nos vino a salvar. A nuestro Salvador. Dios, también tiene para nosotras y nosotros planes y entre ellos, somos y seremos instrumentos para llevarlo a cabo, Él mismo, nos dará con su plan; la salida, la solución, el remedio. Pero que se haga Su voluntad, porque esta es perfecta. Y así nos dice el Señor en su Palabra: “Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis”. (Isaías 29: 11) No temamos, confiemos en nuestro Pastor quien cuida de nosotras y nosotros.

Pero no solo con esto, el ángel le da otra buena noticia: “Y he aquí tu parienta Elisabet, ella también ha concebido hijo en su vejez; y este es el sexto mes para ella, la que llamaba estéril; porque nada hay imposible para Dios”. Esto nos da esperanza y nos debe llenar de fe, porque una mujer anciana, de tantos años, no podía concebir hijo y Dios hizo otro milagro, hizo nuevo los órganos reproductores de Elisabet y permitió que gestara a un bebé, que ya sabemos fue el siervo fiel Juan el Bautista, otro instrumento de Dios. Seis meses, ya estaba engendrado ese hijo que seguramente habían anhelado tanto Zacarías y Elisabet. Dios escuchó sus ruegos, tal vez; ya estos esposos y ancianos, ya no pedían por este motivo, pero como para Él, que “TODO” lo puede, oye nuestras oraciones conforme a su voluntad y su propósito. Él se glorifica y siempre, pero siempre es y será enaltecido, por su bondad, por su amor, por su misericordia, por su grandeza. No nos sintamos apesadumbrados y abatidas, porque a pesar de las dificultades estamos en las manos de nuestro Padre, Él tiene planes y proyectos para nuestras vidas, pero hagamos como María y Elisabet: como María que dijo: “He aquí la sierva del Señor; hágase conmigo conforme a tu palabra…” (Lc. 1: 38) humilde y obediente. Y como Elisabet, quien recibió su bendición con mucha alegría y contentamiento, y agradecida María, cantó al Eterno Amado. Dios hace y hará en el día y la hora que lo tenga determinado. ¡Ánimo!


M. L. Osdalys E. Francia de Miranda.

Ig. Ev. Presbiteriana “El Buen Pastor” Valles del Tuy.

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Hermanas, hermanos, estemos tranquilas y tranquilos, en paz, seguras y seguros, porque nuestro Salvador y Redentor JESÚS, nació, cumplió su misión y ahora nos ha dejado la tarea a nosotras y nosotros, para que anunciemos las buenas nuevas de salvación. Anunciemos de su amor y salvación. Y de su pronta venida. Dios les bendiga.

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