Hoy en día nos encontramos con este tipo de personas. En algún momento de nuestras vidas hemos sido descuidadas, porque no ponemos atención a lo que hacemos, porque no nos enseñaron a hacerlo o porque sencillamente no nos la gana ser personas cuidadosas. En otros momentos hemos sido responsables en nuestras funciones familiares, eclesiales y sociales.
Ahora bien la Parábola de las 10 vírgenes, nos presenta estos dos grupos de personas. Jesús compara el Reino de Dios con una boda. Generalmente para preparar una boda usamos un tiempo valioso para atender todos los detalles y aquí el Maestro nos viene hablando de cómo será su Regreso y se compara con el novio, quien en esta historia se tarda en llegar. El tiempo siempre ha sido un factor decisivo para llevar a cabo ciertas actividades tanto cotidianas como especiales.
En el caso que nos ocupa cada grupo de muchachas, tiene sus características y sus acciones tienen consecuencias. Y como comento siempre: el texto bíblico no admite medias tintas, estás en un lado o en otro.
Las 5 muchachas responsables llevaron aceite para llenar sus lámparas de nuevo, fueron previsivas, diligentes, categóricas. Las otras 5 muchachas no llevaron suficiente aceite, lo que las llevó a pedir a las otras y finalmente tuvieron que salir a comprar más. Resultado: las 5 responsables entraron al banquete y las otras 5 descuidadas no entraron, es más el novio no las reconoció.
Antes y después de este texto, podemos contar hasta 3 parábolas más; lo que nos lleva a sospechar que el público que escuchaba a Jesús, entre ellos sus discípulos, no entendía el mensaje sobre cómo va a ser el Regreso del Hijo de Dios.
La enseñanza central que nos deja Mateo 25:1- 13, es que como discípulas y discípulos del Señor Jesús debemos estar alertas, estar preparados de manera personal y colectiva, saber cómo debemos vivir. Debemos estar en vigilia ante cualquier imprevisto que se nos presente. No podemos descuidarnos. La invitación que nos ha hecho nuestro Señor Jesucristo hay que cuidarla, no podemos prestarla ni comprarla. Esa invitación a la boda es personalizada, no la descuidemos. Estemos siempre alertas, porque no sabemos la hora en que llegará el novio. Así que a tener nuestras lámparas encendidas de la oración, la alabanza, el estudio de su Palabra y el servicio amoroso y solidario.
Paz y bien!!!
M.L. Miriam Bracho
Maracaibo, Venezuela
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