Jesús como siempre está rodeado de mucha gente, mezclado entre campesinos, artesanos, agricultores, pescadores, que aparta un poco sus oficios para escuchar las enseñanzas del maestro, que hablaba como ellos, desde sus vivencias adaptando sus discursos al lenguaje coloquial. Está vez comienza un discurso de 7 parábolas que nos conectan con el Reino de Dios.
Inicia con la "Parábola del Sembrador" donde Jesús representa al Sembrador que trae la buena semilla del Reino de Dios entre nosotros de vida, de justicia, de paz, de esperanza, de amor y de solidaridad. Esa semilla espera encontrar un terreno bien abonado, dispuesto y preparado para recibir esa buena semilla, pero muchas veces encuentra un terreno que está muy cerca del camino que ha sido pisoteado y que fácilmente se lleva la semilla, sin germinar. Otras veces la semilla cae en un terreno muy pedregoso que aún cuando llega a germinar, crece pero no prospera por no tener suficiente raíz. La otra parte cae, germina, crece, se desarrolla, pero los espinos la arropan y terminan por ahogar la planta que no produce ningún fruto. Por último cae en un terreno bien abonado.
En la actualidad Jesús espera de su iglesia que tenga preparado su corazón para que está semilla que es el Reino de Dios, donde hay vida, hay paz, hay justicia, hay amor y solidaridad, valores que el mundo necesita en momentos de angustia, desesperación y miedo ante esta Pandemia que cada día se vuelve más fuerte.
Jesús nos llama a no dejar que las dificultades, los problemas, enfermedades y toda clase de mal dañen nuestro terreno, dañen nuestra vida. Lo que ha sido sembrado en nuestros corazones debe permanecer y dar los frutos esperados. Que Dios nos ayude a ser esa buena tierra que al igual que Jesús podamos dar una cosecha con un porcentaje que ayude a otros y a nosotros mismos a dar de gracia lo que de gracia recibimos.
Por eso cada uno de nosotros debe preguntarse, qué tipo de tierra soy? He dado los frutos esperados? He valorado lo que Dios me ha dado? Qué el Señor nos ayude a prepararnos para recibir el mensaje de Dios y llevarlo a otros.
M.L. Zaida Lara
Iglesia Nazareth-Cúpira
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