El título de la reflexión de esta semana, se refiere a la disciplina deportiva que lleva el mismo nombre: RELEVO. La cual consiste en la conformación de un equipo de varios corredores que a su tiempo reciben en sus manos un objeto llamado TESTIGO, el cual pasará de mano en mano de cada corredor. El equipo que llegue primero a la meta y con el TESTIGO en menos tiempo, GANA la competencia. Cada integrante del equipo hará su mejor carrera al recibir esa barra de metal en sus manos y generalmente el último corredor es el que desarrolla mayor velocidad.
El Señor Jesús se acaba de enterar que su primo, amigo, profeta, quien le bautizó y su mentor de alguna manera, estaba preso. Y no es difícil imaginar que esto le dolió mucho al Maestro pero él sabía cuál era su misión y tenía que consumarla sin desviar su atención en ningún instante.
Es notable señalar que en el texto narra (v.17), que Jesús se fue a Galilea “para que se cumpliera las escrituras”. Lo profetizado por Isaías casi 750 años antes respecto al Mesías, y desde allá inicia su carrera de RELEVO a Juan el Bautista, toma el TESTIGO que en este caso es el mismo mensaje de Juan: “Arrepentíos porque el Reino de Dios se ha acercado” (VRV1960). Y comienza a elegir a los primeros integrantes de su equipo de trabajo que en su momento lo RELEVARÁN también a Él.
Han pasado más de dos mil años y la carrera aún continúa, el TESTIGO está en nuestras manos y el GRAN MAESTRO nos grita desde las gradas: ¡CORRE, CORRE falta poco para llegar a la meta!
Él nos ayuda, aún hay muchos que necesitan escuchar el mensaje original de Salvación:
“Arrepentíos porque el Reino de Dios se ha acercado”.
¿Y Cuál debe ser nuestra respuesta al llamado del Señor?
“HEME AQUÍ ENVÍAME A MI”
ML Carlos Blanco
IPEBP-Guatire
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