Lectura Bíblica: Lucas 9:28-36(37-43)
Con este Domingo de Transfiguración cerramos el segundo ciclo del año litúrgico y primero de Tiempo Común, aprendizaje y crecimiento tras la Manifestación del Hijo de Dios Redentor (Epifanía), para dar inicio a los 40 días de preparación y camino a la Cruz, mejor conocido como Cuaresma.
Jesús viene de reflexionar con sus discípulos acerca de ¿Qué dice la gente quien es Él?, también sobre el rechazo hacia Él, su muerte; y la disposición que debemos tener para seguirle. Ocho días luego de esa reflexión, en la íntima compañía de 3 de sus discípulos, ocurre algo verdaderamente increíble. Aparecen Moisés y Elías para hablar con Jesús acerca de su muerte.
Es en esa oportunidad que a Jesús le cambia la apariencia del rostro, se “transfigura” y su ropa se hace brillante; junto a Moisés, Elías y Jesús baja una nube y se escucha una voz que dice “Este es mi Hijo, el Mesías que yo elegí”. Al ver tal espectáculo, Pedro propone construir enramadas (especie de chocitas) con la idea que Moisés y Elías pudieran quedarse por más tiempo y seguir disfrutando de tan extraño pero exclusivo cuadro.
En este cierre del tiempo común e inicio del camino a la Cruz, ¿Qué tan dispuestas y dispuestos estamos de reconocer a Jesús como Mesías? ¿Qué tanta disposición tenemos de seguir los pasos de Jesús a la Cruz? ¿O preferimos quedarnos en la comodidad de la exclusividad y aún más convertirlo en V.I.P? Ciertamente profesar a Cristo trae privilegios pero también conlleva demandas y sacrificios.
En estos días de tanta tensión y angustia para el mundo, ¿Nos cambiaría el rostro el Gran Poder de Dios? ¿Nos brillarán nuestras ropas (sentido figurado) al punto que todos querrán quedarse con nosotros/as permanentemente? Jesús cambia, cambia nuestras vidas, nuestra forma de pensar, de actuar e interactuar. Quiera Dios, disfrutemos de los privilegios de ser hijas e hijos de Dios, y que cumplamos sus demandas y designios.
M.L. Nyeser Gómez
Pastor Iglesia Presbiteriana El Divino Salvador
Pastor Comunidad Presbiteriana Jesús de Nazareth
Barquisimeto Edo Lara
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