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LA IMPORTANCIA DE LA CORRECCIÓN Y EL PERDÓN

Foto del escritor: sinodoipvsinodoipv

Mateo 18: 15 – 18


Mateo se mueve en medio de conflictos internos y externos dentro de la comunidad cristiana. Esta es una situación en la cual tiene gran importancia la comprensión para una sana corrección y la práctica del perdón. El texto de Mateo es bastante polémico, difícil y a la vez, iluminador y retador. Aunque se plantea una dura pena para aquellas personas que no reconozcan su falta y se acojan al perdón tanto de Dios como de la comunidad, el propósito final es que la persona que está causando el conflicto, sea restaurada y ganada para la vida comunitaria.



Aunque los textos más antiguos no mencionan la expresión “contra ti”, ya que posiblemente se trata de faltas contra la vida en comunidad, vale la pena ver este consejo tanto en la dimensión personal como en la dimensión comunitaria.

Cualquiera que sea la afectación, el texto nos invita a quienes consideramos que no hemos cometido la falta, a tomar la iniciativa de buscar la solución, evitando caer en murmuraciones y críticas que lo que harían es agrandar el problema.


Pablo por su parte, en Gálatas 6:1 nos dice: “Hermanos, si ven que alguien ha caído en algún pecado, ustedes que son espirituales deben ayudarlo a corregirse. Pero háganlo amablemente; y que cada cual tenga mucho cuidado, no suceda que él también sea puesto a prueba” (DHH). Se nos instruye a hacerlo con la ayuda del Espíritu Santo, con mucha delicadeza y humildad.


La corrección debe hacerse en forma discreta, sin escándalos ni agresiones a fin de evitar exponer el caso y a la persona en forma pública. Además, respetando el derecho del acusado a expresar su defensa y resguardar su dignidad, sin que esto implique que haya impunidad ate la fata cometida. Desde esta perspectiva, Mateo nos ofrece una estrategia para establecer y mantener las relaciones interpersonales y comunitarias, de manera sana y armoniosa.

La consejería o disciplina, debe ser realizada con altura, con seriedad y con misericordia. Es por esta razón, que el texto bíblico nos aconseja hacerlo en primera instancia en privado, luego ante uno o dos testigos tal como lo establece Deuteronomio 19:15. Este procedimiento, le da validez a nuestra acción de corrección y protege tanto al que quiere realizarla, como al posible ofensor. En caso de no llegar a una solución satisfactoria se recurre a un tercer paso, buscar el consejo sabio de la comunidad. Si la persona habiendo cometido una falta y aun así, no la reconoce y no promete enmendar su error, entonces ella misma se ha colocado fuera de la comunidad y primará la salud del cuerpo, de la Iglesia. Será vista como una persona que no está dispuesta a vivir según los principios del Rino de Dios y las enseñanzas de Jesucristo.


Muchos ven la acción disciplinaria en la Iglesia como el momento propicio para imponer autoridad con agresividad y no como un momento propicio para corregir y formar. Si en verdad somos guiados por el Espíritu Santo y nos consideramos espirituales, hagámoslo con amabilidad, delicadezas y humildad, no sea que a nosotros nos suceda lo mismos y seamos hallados falsos.


Dios nos bendiga dándonos abundante gracia, sabiduría y amor, para ser instrumentos de reconciliación y de paz en la comunidad


Rvdo. Uriel Ramírez

Pastor Iglesia El Buen Pastor-Guarenas

Domingo 10 de septiembre 2023

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