Marcos 12: 38-44
En este pasaje de Marcos, encontramos dos relatos que bien podrían ser analizados en forma independiente pero también, podemos abordarlos preguntándonos en qué aspectos se relacionan y en qué aspectos se contraponen.
A partir de este abordaje, encontramos que la relación consiste en que ambos relatos, hacen mención a las viudas. Estas son personas que, por su condición de haber quedado sin esposo que las representara, son marginadas por una sociedad patriarcal y para “colmo de males”, además ser mujeres, son pobres, excluidas, abandonadas y explotadas. Ellas como mujeres, son sujeto de la misericordia de Dios.
En el primer relato se menciona a los Maestros de la Ley, quienes eran los encargados de enseñar las Escrituras pero que también, ejercían funciones legales. Jesús con toda autoridad, denuncia que la mayoría de ellos eran amantes de las apariencias, de la adulación, de los privilegios, que eran orgullosos, hipócritas y explotadores de los y de las más débiles, como era el caso las viudas a quienes despojaban de sus casas. Ellos, merecen el castigo divino.
La segunda escena sucede en el templo frente a las arcas de las ofrendas, en donde se contrasta nuevamente a los ricos y a una mujer viuda. En este momento Jesús se encuentra en Jerusalén, acababa de limpiar el templo de ladrones y sabe que le queda poco tiempo antes de su muerte, para dar una última enseñanza a sus discípulos. Jesús utiliza como herramienta la observación. Ve a los ricos buscando alimentar su ego dando de lo que les sobra, mientras que vea a la viuda pobre, que da todo lo que tenía. Jesús, para enseñar a sus discípulos, resalta de ella su generosidad en medio de su gran pobreza y también al entregar lo único que tenía, su absoluta dependencia de la misericordia de Dios.
Al analizar este pasaje nos surge la siguiente inquietud, ¿por qué el Evangelista Marcos retoma esta experiencia muchos años después, para relatársela a su comunidad de fe? Tal vez era porque estaba sucediendo lo mismo y quería denunciar esas mismas tentaciones y corregir ese tipo de comportamiento en la comunidad. En esto, es muy pertinente recordar la frase de Jesús según Lucas 22:26 “Pero entre ustedes no debe ser así” …
¿Y nosotros hoy, también debemos preguntarnos si está sucediendo lo mismo en nuestras comunidades de fe? Sí, sin duda alguna debemos hacernos esa pregunta.
Jesús sigue demandando de su pueblo, honestidad, humildad y hacer justicia a las personas más vulnerables y desamparadas en nuestra comunidad de fe y en la sociedad en la cual vivimos. Así mismo, a través de esta narración Jesús demReanda de su pueblo la dignificación, la restitución y la restauración de las Mujeres, quienes continúan siendo sometidas a toda clase de discriminaciones, violencias e injusticias.
Dios nos bendiga y con gratitud, demos siempre la Gloria a Él.
Rvdo. Uriel Ramírez
Pastor Iglesia Presbiteriana El Buen Pastor-Guarenas
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