Amados y amadas en el Señor hoy como Iglesia Cristiana celebramos el último domingo de Pascua de Resurrección, más también celebramos La Ascensión del Señor que según el Calendario Litúrgico fue este jueves 13 y por eso hoy lo estamos teniendo bien presente entre nosotros. Les invito allí en casa a releer todo el capítulo24 de San Lucas, e ir paso a paso ese llegara la hermosa imagen de la Ascensión del Señor.
En este capítulo hay frases que pareciese que se saliesen para tocar nuestros ojos y oídos: “quédate con nosotros,ya la noche está llegando". ¡Cuántas veces necesitamos exclamar esto pues el dolor nos agobia, el temor nos acorrala, las dudas nos impiden ver o divisar el camino!!. “No es cierto que el corazón nos ardía en el pecho cuando nos hablaba en el camino". Cuántas veces hemos sentido esto, el corazón palpita parece que se quisiese salir del pecho, cuando en el camino, en el sendero de la vida, en nuestro día a día…vemos, escuchamos, sentimos su cálida compañía abriendo paso a nuestro caminar a veces tan torpe. “¿Por qué están asustados? “Cuántas veces nos paralizamos ante lo que nos parece inconcebible, inaudito, inhumano…y escuchamos su voz apacible preguntándonos y diciéndonos: aquí estoy, tóquenme, soy yo. ¡No tengan miedo! Y así otras frases impactantes en este capítulo con un sabor tan pero tan especial que alimenta nuestra fe viva.
En la Ascensión del Señor recibimos características claras de nuestra fe:
· La cruz que simboliza el amor eterno y maravilloso de Dios. Ese amor que envuelve todo. Sin ese amor no hay vida.
· Resurrección. Vida por siempre. Dios vence la muerte a través de la muerte de Jesús de Nazaret. Creemos en esto, aunque lloramos cuando un ser amado parte de esta vida terrenal, pero esas lágrimas no simbolizan falta de fe, simbolizan el dolor de la separación física como humanos que somos.
· Iglesia. Se hace presente. Hay que salir del Aposento Alto e ir a Jerusalén y a todas las partes de la tierra. Esta es misión encomendada a aquel grupo de sencillos creyentes. Una tarea titánica en tiempos difíciles, de persecución, de muerte. Hoy igual a nosotros, ir a contar la historia para que sepan del Amor de Dios y le conozcan e ingresen a ser parte de los embajadores y multiplicadores de la Buena Noticia del AMOR MISERICORDIOSO E INCLUSIVO DE DIOS.
· Esperar. Aprender a esperar poder que viene de Dios. ¿Cuesta mucho aprender a esperar con paciencia el tiempo de Dios y queremos iniciar proyectos sin el visto bueno de El y después nos preguntamos qué pasó, porqué nos estrellamos? Esperar que Dios nos inyecte de su poder, fortaleza y energía aún en medio de dudas, dolor, incertidumbre.
· Alegría. Nuestra fe en un Dios de Vida nos inyecta alegría. Los discípulos después de ver ascender a su amado maestro desaparecer entre las nubes, le adoraron y bajaron contentos a Jerusalén a esperar. ¿Contentos? ¡Si!!! Contentos. Dios en este tiempo de pandemia, de enfermedad y muerte, de guerra y violencia entre naciones, de pueblos pisoteados por Regímenes crueles y destructivos, se nos dice bajar a nuestras Jerusalén contentos y esperar.
Dios nos bendiga y nos acompañe con su amor maravilloso para continuar adelante por el sendero indicado por ÉL como Iglesia que abre sus brazos para acoger tiernamente a todos por igual en especial a los demás desvalidos integralmente.
Rvda. Elisa Muñoz de Bulmes
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