top of page

JESÚS ES LA RESURRECCIÓN Y LA VIDA

Foto del escritor: sinodoipvsinodoipv

Juan11:1-45



Juan es conocido como el libro de las señales y de los símbolos y cada una de sus narraciones, por este medio, contienen elementos que ayudan a identificar características que permiten conocer a Jesús. En esta ocasión el suceso que encontramos en Juan 11:1-45, nos revela a Jesús como la “Resurrección y la Vida”.

En el presente relato, sucedan cosas que aparentemente pudieran considerarse como contradictorias ya que se contraponen a las acciones de un Dios misericordioso. Por ejemplo, nos dice que la enfermedad y muerte de Lázaro y por lo tanto, el dolor de sus hermanas fue permitido por Dios. Sin embargo, esto tiene un fin, que es permitir que la Gloria del Hijo y la Gloria de Dios sea manifestada, así mismo, aumentar la fe de los discípulos y lograr la conversión de muchas personas.

En este texto, encontramos muestras de amor, lealtad y valentía por parte de Jesús en el cumplimiento de su ministerio. A pesar de haber sido amenazado de muerte en Judea, decide ir nuevamente a este lugar con el fin de acompañar a sus amigas Marta y María, debido a la muerte de Lázaro, su hermano. Posteriormente, los discípulos reaccionan de manera similar, demostrando gran valor al manifestar su voluntad de ir también a Judea y morir con Jesús, si es necesario. Ante la insistencia de los discípulos en impedir que Jesús fuese nuevamente a Judea, Jesús les responde con la siguiente afirmación: “El día tiene doce horas”, endeñándoles que hay que aprovechar el tiempo y las oportunidades que se presenten antes que llegue la noche, porque ya no es hora para laborar, solo es hora para descansar. Algo contradictorio también es el hecho que Jesús, ante la noticia de la enfermedad de su amigo no viaja de inmediato sino, que retrasa su viaje dos días. Esto tampoco es casual, ya que lo planteado permite que la gente esté plenamente convencida que Lázaro realmente había muerto. Aún más, su cuerpo ya estaba en proceso de descomposición. Es decir, humanamente ya no había nada que hacer. Se había perdido toda esperanza.

Cuando Jesús llega al pueblo, Marta la hermana de Lázaro sale a su encuentro e inician un dialogo de enseñanza doctrinal fundamental. Ella le dice “Maestro, si hubieras estado aquí mi hermano no habría muerto”. Con esta expresión no le está reprochando por no haber llegado a tiempo, más bien da a entender que la situación habría sido diferente si Él, hubiese estado presente. Marta, aun en medio de su dolor aprovecha la ocasión para manifestar su fe en Jesús y le dice, “se que Dios te dará todo lo que le pidas”. Ella conoce de la comunión que existe entre Jesús y su Padre, aunque más tarde su condición humana también sale a relucir y, sugiere que no quiten la piedra de la tumba porque ya el cadáver huele mal. Entonces Jesús le hace una promesa a Marta, “tu hermano resucitará”. Marta pensando en un futuro lejano le dice un tanto resignada, “si, ya sé que volverá a vivir en la resurrección al final de los tiempos”. El pasaje bíblico nos presenta una confesión más de Marta que contiene tres afirmaciones: tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, el que tenía que venir.

Una vez más Jesús revela su identidad. “Yo soy la resurrección y la vida”. Es una resurrección y una vida que Jesús nos ofrece y puede disfrutarse desde ahora en nuestra vida terrenal y que, además, trasciende para vida eterna. Jesús también da una promesa a toda la humanidad: “El que cree en mí, aunque esté muerto vivirá". "El que cree en mi no morirá eternamente”. Al recibir está promesa, tenemos la certeza que la muerte no tiene poder sobre nuestras vidas.

Otro elemento muy significativo en este texto es que evidencia sentimientos muy humanos de Jesús, cuando lo ubica frente a la tumba de Lázaro y dice que, "Jesús lloró". De esta manera demuestra que Jesús estaba conmovido, que amaba a su amigo Lázaro y sufría por el dolor de Marta y María. Los judíos por su parte también manifestaban sus emociones. Unos admiraban el amor que Jesús tenía por su amigo, mientras otros, en tono de reclamo decían, “Este que dio la vista al ciego, ¿no podría haber hecho algo para que Lázaro no muriera?

Marta en su resistencia la posibilidad de abrir la tumba vuelve a exclamar “ya huele mal”, ante lo cual, Jesús le responde enérgicamente “no te he dicho que si crees veras la gloria de Dios”. Aquí Jesús le exige una fe aun mayor, a la que ha manifestado anteriormente. Jesús ora dando testimonio de su relación con el Padre y haciendo énfasis en que Él siempre lo escucha, da dos órdenes. La primera es que Lázaro salga de la tumba, lo cual serviría para ratificar que él era la “resurrección y la vida”. Y la segunda es que le quiten las vendas que ataban a Lázaro y lo dejen ir en libertad. El resultado final es que mientras unos creyeron en Jesús, otros planificaban su muerte.

Nosotros hoy confesamos que creemos que Jesús es la Resurrección y la Vida, el Hijo de Dios, el Mesías prometido. Las pruebas y dificultades que tengamos en la vida nos llegan no como castigo sino, como una oportunidad para ver y proclamar la gloria de Dios y aumentar nuestra fe en Jesús.

Hoy también se nos demanda fundamentar nuestro carácter en el amor, la lealtad y, aprovechar el tiempo y las oportunidades, para servir a todas aquellas personas que sufren dolor, tristeza y desesperanza. Logramos dar gracias a Dios porque la resurrección y la vida que nos ofrece, podemos vivirla ya y ahora, que es tan grande, que aun trasciende para vida eterna. La muerte está vencida. No tiene ningún poder sobre nuestras vidas. Sin embargo, debemos preguntarnos: ¿De qué muerte necesitamos resucitar? ¿De qué ataduras, necesitamos ser libres? Escuchemos la voz de Jesús diciéndonos: ¡LEVÁNTATE, SAL AFUERA, ¡VE LIBRE!

Rvda. María Jiménez de Ramírez

Pastora Iglesia Presbiteriana Príncipe de Paz

3 visualizaciones0 comentarios

Entradas recientes

Ver todo

Comments


Iglesia Presbiteriana de Venezuela

Sínodo Nacional de la Iglesia Presbiteriana de Venezuela.

Calle Colegio Americano, Edificio de la Unidad Educativa Colegio Americano.

Altos de Las Minas, 1080. Baruta, Estado Miranda, Venezuela

Teléfono: 0212 944 53 26. Tel/Fax: (58 2) 943.35.29 y 945.08.08.

Correo electrónico: ipvsinodo@gmail.com

 

  • Icono social Instagram
  • Facebook Basic Black
  • Twitter Basic Black

© 2023 por Iglesia Presbiteriana de Venezuela. Creado con Wix.com

bottom of page