Marcos y Lucas nos hablan de dos milagros que hizo Jesús, que incrementaron su fama. El primero de ellos tuvo lugar en la sinagoga de Capernaum. Esa mañana el Maestro pronunció unas palabras con autoridad las cuales hizo reaccionar a los líderes religiosos y al pueblo presente, pero lo que dejo atónitos a la multitud fue la liberación de un hombre que estaba endemoniado ese acto fue una prueba más del poder de Jesús sobre los espíritus inmundos.
El testimonio de este milagro se extendió como un fuego en el bosque y toda la región fue impactada, los enfermos querían ser, el evangelio nos cuenta lo que ocurrió al final de ese día.
Cuando llegó la noche, luego que el sol se puso, le trajeron todos los que tenían enfermedades, endemoniados y la gente se agolpo a la puerta y sanó a muchos que estaban enfermos de diversas enfermedades y echo fuera muchos demonios.
De igual forma hoy es necesario experimentar el poder sobrenatural de Cristo sobre nosotros y en especial una sociedad esclavizada por el odio, egoísmo, anhelo de poder sin importar como lograr las cosas.
Ante tal escenario la iglesia, cada hijo e hija del Señor debe accionar la autoridad y poder de la palabra de Dios, proclamando a los corazones de los hombres para que produzca liberación, salvación, y bendición sobre todo su ser.
La responsabilidad de la Iglesia en su tarea misional es seguir trayendo al hombre, mujer a la verdad, a la paz, salud espiritual, emocional, y mental.
Una nación cargada de tantos males, oportunistas y egoísmo necesita oír la voz con autoridad espiritual que produzca un impacto en el mundo de las tinieblas, donde ellos puedan retroceder y dar paso a la luz, fe y esperanza.
El ministerio de Jesús se hizo visual, experimentar y transformacional de la sociedad, siendo el mismo individuo portavoz de una convicción única de un poder sobrenatural.
Iglesia de Cristo reanima tu pasión por la predicación del evangelio de Cristo.
Vence el mal con el bien, y el bien esta entre nosotros.
La palabra encarnada, el verbo sigue vigente e igual que ayer.
Reverendo Omar Diaz
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