Texto: Lucas 18:9-14
El evangelio nos presenta dos tipos de personajes presentándose a Dios a través de la oración, dónde la conducta y la actitud juega un papel importante.
La posición del fariseo por creerse un religioso fiel, en su actitud permite evidenciar que en su vida a través de la luz de la palabra había áreas que ser tratado por el Espíritu Santo: el orgullo, la vanagloria, exclusión, el juzgar el otro, la justificación de sus obras.
La actitud al publicano: una posición de humildad, un corazón quebrantado reconociendo la soberanía del Altísimo como dice Jeremías 17:10" Yo, El Señor que escudriña la mente, que pruebo el corazón, para dar a cada uno según su camino, según el fruto de sus obras"
Cómo cristianos y practicantes de la fe, y la oración; nuestra confianza no debe estar sustentado en el yo personal o ego, si no saber todo lo que soy, lo que tengo se lo debo al Señor. Un verdadero servidor de Cristo no destruye a otros, u otras personas justificando o juzgando situaciones sino aquel que se rinde generosamente ante su Señor y al prójimo.
La actitud del publicano nos reta a tomar una posición de clara transparencia donde la persona debe ser genuina y auténtica, ya que no se vive de las apariencias sino por el contrario entregar nuestras debilidades al Padre Eterno que glorifiquen su nombre.
Toda labor que hagamos se debe realizar con sincera y honesta sinceridad, y no esconde cosas que a la larga no glorifiquen a Dios.
El Espíritu Santo nos ayude como dijo el Apóstol Pablo en la 2 carta a Timoteo cap. 4:8 Por lo demás me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor juez justo, en aquel día, y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida amén.
Pastor Rvdo Omar Díaz
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