¡VERDADERAMENTE HA RESUCITADO!

Mt. 28:1-10

Ante la noticia de la resurrección de Jesús, corrió el rumor que los discípulos habían robado su cuerpo y, por lo tanto, su resurrección no era una realidad. La verdad, es que ninguna persona vio el momento en el que el cuerpo de Jesús volvió a tomar vida. Es por esta causa, que el Evangelista Mateo se da a la tarea de exponer diferentes hechos y testimonios que reafirman la resurrección de Jesús. El suceso de la Resurrección es un tema central en las Escrituras y de la fe cristiana, sin la resurrección nada tendría sentido, tal como lo afirma el Apóstol Pablo en 1 Cort. 15:9.

El primer hecho que menciona Mateo es un terremoto. La misma naturaleza manifiesta su inconformidad por la muerte injusta del Mesías. Lo mismo sucedió en el momento de su muerte, en pleno medio día “el cielo se oscureció”. (Mc. 15:33)

En segundo lugar, nos dice que la piedra que tapaba la entrada a la tumba, la cuál era de gran tamaño y muy pesada había sido removida. ¿Quién lo hizo? ¿Los soldados? ¿Las mujeres que fueron al sepulcro? No, fue producto de la acción de Dios.

El tercer hecho a resaltar es la aparición del ángel que invita a las mujeres a observar el interior del sepulcro para que constaten que la tumba está vacía. Este ángel les dice en forma categórica, "no está aquí, ha resucitado". Aunque el texto no lo dice, nos da a entender que así ellas lo constataron.

En cuarto lugar, parece que lo que ellas habían experimentado hasta ese momento no era suficiente, era necesario que lo vieran, lo escucharán y lo tocaran tal como sucedió cuando ellas se dirijan al encuentro con los demás discípulos y discípulas.

En este encuentro suceden dos cosas que merecen ser resaltadas. La primera es cuando Jesús les dice "no tengan miedo". Ellas por supuesto están aterradas por la pérdida del cuerpo de su maestro y ahora al encontrarse frente a quien ellas consideraban muerto. Ahora sí podrán decir con toda certeza, ha resucitado. La segunda es el momento del Envío, de la Comisión. "Vayan a decirle a mis hermanos que se dirijan a Galilea y allá me verán". Como de hecho sucedió.

Pero alguien podría decirnos que estas no son pruebas fehacientes de la resurrección de Jesús y es cierto, como también es cierto, que Mateo tampoco pretenda hacerlo. La resurrección de Jesús solo puede ser creída y aceptada a través de la fe.

Es que acaso, ¿al leer este relato "no ardían nuestros corazones” tal como les sucedió a los caminantes de Emaús, en su encuentro con Jesús resucitado? Por supuesto que sí. Nosotros también creemos y anunciamos que Jesús ha resucitado. Por eso, como dice Juan 20:29, quienes no le hemos visto físicamente resucitado, pero hemos creído en Él, somos doblemente dichosos y bienaventurados.

¿Crees en la resurrección de Jesús? Si tú respuesta es afirmativa entonces tú también eres enviado o enviada a dar la buena noticia de la resurrección de Jesús con tus palabras y testimonio de vida.

No tengas miedo antes los embates de la muerte que quieren destruirnos ya que él ha prometido estar siempre con nosotros y darnos ahora "Vida Abundante" y Vida Eterna para siempre.

Amen

Rvdo. Uriel Ramírez

Pastor Iglesia El Buen Pastor-Guarenas