En estos últimos días hemos leído y visto noticias tristes y dramáticas, sólo con el devastador terremoto en Haití y el pánico colectivo desatado en Afganistán, ¿tenemos suficientes motivos para pensar hacia dónde iremos como Humanidad?
En este capítulo 6 del Evangelio de San Juan se nos sigue interpelando con las palabras de Jesús dichas en la sinagoga de Capernaum, palabras difíciles de entender, comprender y asimilar.
Las preguntas no se hacen esperar, sus seguidores comienzan a hacerlas sin reservas y le dicen: " Esto que dices es muy difícil de aceptar".
Hoy seguimos haciéndole este tipo de preguntas a Jesús, el Pan que ha bajado del cielo, hoy seguimos dudando ante tanto sufrimiento y necesidades de la gente.
Jesús insiste en hacernos ver lo trascendente de la vida, lo que perdura, lo que no se acaba. Nunca se cansó de ofrecernos la vida eterna.
Perdemos la perspectiva de lo eterno, las circunstancias del presente nos abruman, queremos abandonar el trabajo, la misión que nos encomendó. Muchos lo han hecho, lo han abandonado como hicieron algunos de sus seguidores durante su ministerio aquí en la tierra.
Ahora la pregunta nos la vuelve a hacer a nosotras y nosotros hoy en día, en medio de una Pandemia que ha azotado a todo el planeta, nos vuelve a preguntar: Y ustedes, también ¿quieren irse? Muchos lo hemos pensado, seamos honestos, abandonar...
Pero la invitación del Evangelio de hoy es responder como lo hizo Simón Pedro: ¿Y a quién iremos? SÓLO TUS PALABRAS DAN VIDA ETERNA, el que da vida eterna es el Espíritu de Dios.
Nosotras y nosotros hemos creído en el Dios de la Vida, aunque el mundo nos esté mostrando por todos lados el camino de la muerte, sabemos que Jesucristo es el Hijo de Dios, por ello no perdamos la esperanza de que Dios está acompañándonos para seguir creyendo en otro mundo posible.
M.L. Miriam Z. Bracho Suárez
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