En los textos estudiados anteriormente observamos varias parábolas del Maestro y sus respuestas a una serie de preguntas variadas. En esta ocasión, Jesús dirige su enseñanza a los discípulos, y les explica conceptos relacionados con eventos futuros.
Para el pueblo judío, el templo es arquitectónicamente un emblema magnífico, que representaba el culto a Dios, parte de su historia y su nacionalismo. Pero desafortunadamente, se habia vuelto más culto al edificio que el lugar central de la adoración a Dios. Por esta razón, la pregunta de sus discípulos quienes de alguna manera alaban lo grandioso del templo. El pueblo, guiado por un liderazgo ciego había corrompido el símbolo de la adoración a Dios tergiversando el plan original del Señor (Marcos 11:15–19).
Jesús les dice de manera profética que el templo será destruido, profecía tal que se cumpliría 40 años más tarde con la incursión del ejercito romano al mando del general Tito y literalmente no quedó nada de aquella gran estructura. . A todas estas los cuatro discípulos le piden señales de esa destrucción venidera y de su regreso (Mateo 24:3).
La respuesta de Jesús se orientó más a que se prepararan, a que estuvieran alerta, a que no se dejaran engañar. Jesús no les dió fecha alguna, porque su preocupación era la formación y consolidación de sus discípulos que luego se convertirian en apóstoles, enviados a llevar el evangelio “hasta lo último dela tierra”
Para los discípulos la preocupación era el tiempo del fin. Pero para Jesús lo más importante era la preparación de ellos y de los que habían de creer en el Evangélio por el mensaje de ellos. No era momento para distracción con la belleza del templo ni en cosas superficiales. Faltaba poco tiempo para el sacrificio del Señor en la cruz y el relevo del testigo quedaria en manos de ellos. Indudablemente el fin está dentro del plan divino. El mismo Jesús les dió algunas pistas en los versos 6, 7 y 8, pero hay trabajo que hacer para el reino y la gloria de Dios.
Ya no es el majestuoso templo de Jerusalém pero hay muchas cosas actualmente que distraen nuestra atención y no permiten nuestro crecimiento como cristianos, como familia y como iglesia. Pongamos toda nuestra atención y esfuerzo a la misión que se nos ha encomendado. Y al final de los tiempos, cuando corresponda, podamos escuchar de los labios de nuestro Señor: “Vengan benditos de mi Padre al gozo preparado para uds...”
“Planifiquemos como si el fin estuviese muy lejano, pero trabajemos como si fuese hoy”
Rev. Carlos Blanco
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