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¿Qué haremos con el hijo de Dios que ha nacido?

Foto del escritor: sinodoipvsinodoipv

El relato de Lucas se nos presenta en dos tiempos , lo privado (1-7) y lo público (8-20). Allí estaban José y María, en Belén, después de un largo viaje, cumpliendo lo señalado por las autoridades romanas (censo), llegan a la pequeña villa abarrotada por los viajeros, a tal punto que ha Sido sobrepasada su capacidad de hospedaje.

Para recibir a su  hijo tuvieron que arreglarse con lo que había. La palabra "pañales" sugiere el uso de tiras de tela, obviamente no hicieron tiras, utilizaron retazos, como se dice, para hacer los pañales. El pesebre, ese cajón donde comían los animales, fue la cuna utilizada. Posiblemente la habitación era alguna gruta, cueva que abundaban en la región.



Mientras José y María, en la soledad recibían a su hijo, en los alrededores unos sencillos pastores eran visitados por un mensajero divino, quien les indica que en lugar de sentir miedo deben alegrarse por la gran noticia del nacimiento del Salvador.

A este ángel se le une un coro multitudinario pronunciando alabanzas a Dios por el hecho trascendente y único: ¡Dios se ha humanado!

Corren los pastores a Belén y allí ubican al niño siguiendo las particulares señales que el Ángel les había dicho: tendría pañales (trozos de tela) y estaría en un pesebre (cajón de madera, barro o piedra). Este relato que nos emociona nos lleva a responder la pregunta del título: ¿que haremos con el hijo de Dios que ha nacido?. Revisemos los personajes de la historia.

ANGELES: anuncian el nacimiento del niño Dios. Estamos llamados a anunciar al desprevenido mundo, ocupado en sus tareas (así como lo estaban los pastores) que Dios se hizo humano para que podamos volver a establecer la relación rota con Dios.

PASTORES: vencen el miedo y cuentan al pueblo lo sucedido y alaban a Dios. Acá conseguimos esa doble dimensión de proclamar y alabar. Proclamar a nuestros semejantes esa gran verdad de Enmanuel: Dios con nosotros!! Y la alabanza que estamos llamados a tributar al Dios encarnado

MARIA: meditaba, quizás no entendía mucho lo que estaba sucediendo, está meditación (guardar en mente y corazón) es como cuando jugamos Memoria o armamos un rompecabezas. En su debido momento las piezas encajan y así se va construyendo la persona que Dios quiere que seamos.

No podemos dejar de pensar en esta noche buena de 2023 en aquellas madres y niños (sobretodo), que en Belén (Palestina) sufren los horrores de la muerte. Que el Díos humanado, el Príncipe de Paz, traiga consuelo, sanidad y paz a los afligidos y que cese el exterminio de ese sufrido pueblo.

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