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¿QUIÉN CASTIGA Y QUIÉN CONDENA?

Foto del escritor: sinodoipvsinodoipv

LECTURA: Juan 3: 14 – 21.

“Porque no envió Dios a Su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él. El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre unigénito Hijo de Dios” (Juan 3: 17 – 18 Reina–Valera 1960)

El castigo es una pena o sanción que se le aplica a alguien que infringe o falta a las reglas, mandatos o preceptos. Y se puede mirar en Números 21: 4 – 5, que “ Los israelitas salieron del monte Hor en dirección al Mar Rojo, dando un rodeo para no pasar por el territorio de Edom. En el camino la gente perdió la paciencia y empezó a hablar contra Dios y contra Moisés. Decían: ¿Para qué nos sacaron ustedes de Egipto? ¿Para hacernos morir en el desierto? No tenemos ni agua.  ¡Ya estamos cansados de esta comida miserable! (Biblia DIOS Habla Hoy)

Y desde el versículo 6 hasta el 9, observamos que DIOS les envió serpientes venenosas, que los mordían y morían. Luego, ellos se vieron obligados a ir a donde Moisés, a confesarles que habían pecado al quejarse contra Dios y contra él. Y le rogaron que intercediera ante Dios, para que los perdonara.

DIOS en su misericordia decidió perdonarlos, pero antes; Moisés debía hacer una serpiente de bronce y colocarla en el asta de una bandera, para que éstos al ser mordidos por las serpientes, mirarán a la serpiente de bronce en la bandera y se salvaran.

Juan, en el capítulo 3, versículo 14, menciona dicha serpiente, que Moisés levantó en el desierto, y además, dice que era necesario que el Hijo del Hombre, sea levantado. ¿Para qué era necesario que Jesús fuera levantado? Para que todo aquel que en él cree, no sé pierda, mas tenga vida eterna.

Actualmente, el pecado viene siendo las serpientes venenosas que causan la muerte, esa muerte que causa la perdición total del alma. Ésta, sería la muerte segunda que dice en Apocalipsis 20: 14 – 15. Pero así como Dios salvó a aquellos israelitas que fueron mordidos por las serpientes venenosas, hoy Dios nos ofrece, que si creemos en Jesús quien fue levantado en la cruz, tendremos vida eterna. Y ese “Creer” significa reconocer que Jesús dio su vida por tí, aceptarle a él como tú único Salvador y entregar a él, tú vida. Ese “Creer,” es amar a Dios con toda tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente, pero también debes amar a tu prójimo como a ti mismo, como dice en Mateo 22: 37 – 39. Ésto implica que debes salir de las tinieblas y venir a la luz, implica que debes dejar de hacer lo malo y practicar la verdad.

Y eso, sólo lo podemos lograr permaneciendo en sus caminos, buscando su presencia. Como seres humanos no tenemos el poder suficiente para vencer esa serpiente venenosa, pero estando bajo la sombra del Altísimo, podemos vencer y así no nos perderemos.

Hay quienes piensan y dicen que Dios no castiga porque Él es bueno. Pero precisamente, porque es bueno; nos castiga y corrige. “Porque DIOS corrige y castiga a todo aquel que ama y que considera su hijo. Si ahora ustedes están sufriendo, es porque Dios los ama y los corrige, como si fueran sus hijos. Porque no hay un padre que no corrija a su hijo. Si DIOS no los corrige, como lo hace con todos sus hijos, entonces ustedes no son en verdad sus hijos. Cuando éramos niños, nuestros padres aquí en la tierra nos corregían, y nosotros los respetábamos. Con mayor razón debemos obedecer a Dios, que es nuestro Padre que está en el cielo, pues así tendremos vida eterna.” ( Hebreos 12:6-9  TLA)

Cuando el hombre o la mujer es condenado/a, no es Dios quien condena, es la misma persona que se condena, porque tiene libre albedrío y es quien decide escoger el mal camino. Dios nos ama y por eso dió la vida de su único Hijo para que seamos salvos y salvas.

Es importante resaltar que el amor más grande en todo el Universo, es el de Dios . Él amor que Él nos brinda es fiel, desinteresado, puro, es único. No hay otro amor en esta tierra, como el de Dios. Por ese amor dio a su único Hijo para que entregara su vida por tí y por mí. Dios no quiere que nos perdamos, sino que procedamos al verdadero arrepentimiento. Debemos apreciar ese amor y sacrificio, aceptarlo y ser agradecidos y agradecidas eternamente.

 



Pastora Osdalys E. Francia de Miranda.

(Iglesia Evangélica Presbiteriana “El Buen Pastor “ en los Valles del Tuy. Edo. Miranda. Venezuela.

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