Lectura: Mateo 23:1-12.
“Así que ustedes deben obedecerlos y hacer todo lo que les digan. Pero no hagan lo que hacen ellos, porque no practican lo que predican” (Mateo 23:3 BNG)
Después de la persecución constante que los fariseos mantenían a Jesús con sus preguntas tramposas, Jesús conversó con ellos preguntándoles y aclarándoles, de quién descendía el Mesías, dejándolos callados, y sin atreverse a hacerle más preguntas.
Luego de esto, Jesús denunció a los fariseos ante la gente y los discípulos que allí le oían, pero antes les explicó que estos líderes religiosos eran los encargados de enseñar la Torá (El Pentateuco) y eran los que tenían el mayor conocimiento. Ellos interpretaban la ley e insistían para que las personas la practicaran en su diario vivir.
Por lo tanto, Jesús reconocía en estos hombres que tenían la capacidad para enseñar. Y por eso les ordenó a todos los oyentes, que acudieran a dichas enseñanzas y obedecieran. Pero les prohibió que imitaran la conducta de estos fariseos. He aquí la denuncia: estos hombres, maestros de la ley, no la cumplían. Recordemos lo que dice en Lucas 12:1 (RV 1960) “En esto, juntándose por millares la multitud, tanto que unos a otros se atropellaban, comenzó a decir a sus discípulos, primeramente: Guardaos de la levadura de los fariseos que es la hipocresía “
¿Por qué es tan importante que nos guardemos de la hipocresía?
Así como la levadura se usa en la fabricación del pan, para aumentar el tamaño de la masa, así la hipocresía puede ser contagiosa e ir en aumento y propagarse a muchas personas. En este caso, los discípulos podrían aprender los actos contrarios de la ley, que predicaban los fariseos, pero que no cumplían.
Las personas actúan hipócritamente por algunas razones, y estas pueden ser por interés, por la presión social o para mantener una imagen falsa.
Hoy tenemos el privilegio de poder escudriñar las Escrituras, gracias a Dios y a los reformadores, aprovechando que esta semana se celebró el día de la Reforma. Ahora tenemos la bendición al acceso a la Biblia. Porque los tiempos y algunas personas no han cambiado, todavía hay quienes, teniendo autoridad para enseñar la Palabra, predican una cosa y hacen otras contrarias a la voluntad de Dios, sea porque quieren lograr algún objetivo personal o por otros motivos. En estos días leí un pensamiento que dice: “Cuanto más valioso es Cristo para nosotros, menos buscamos en este mundo nuestro contentamiento” (Héctor Salcedo)
Y esto podría aplicarse a las obras de la carne que se menciona en la Carta a los Gálatas 5:16-21. Claramente nos dice que no satisfagáis los deseos de la carne y también dice que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios. Así, que es muy importante estar atentos a lo qué nos enseñan y de lo qué hacen. Por eso, debemos poner nuestra mirada en Dios y no en el hombre. Cuando nos tropezamos con algo o alguien así, no debemos repetir lo que ellos practican. En la Carta a los Hebreos 12:2 (NBV) dice: “Mantengamos fija la mirada en Jesús, pues de él viene nuestra fe y él es quien la perfecciona. Él, por el gozo que le esperaba, soportó la cruz y no le dio importancia a la vergüenza que eso significaba, y ahora está sentado a la derecha del trono de Dios.”
También se expresa en el capítulo 23:5-11 de este Evangelio de Mateo, que unas de las características que acompañan a estos fariseos, es la vanidad, son engreídos, les gusta presumir de títulos. Que causen respeto, admiración y exaltación hacia ellos, de parte de los demás. Cuando resulta que el Señor Jesús nos enseña que debemos ser humildes, y nos promete que “Porque el que a sí mismo se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido” Mateo 23:12 (BNG) Dios no quiere que seamos de tropiezo a otros, Él quiere que seamos responsables, que cuidemos a nuestros hermanos y hermanas. No quiere que, por nuestra causa, ellos y ellas, se desvíen y así; impedirles que entren en el reino de los cielos (vv 12)
Hay una advertencia en el versículo 13:
”¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que cierran a los hombres el Reino de los Cielos! Ni entran ustedes, ni dejan entrar a los que quisieran” (BELDPDD).
Así que hermanos y hermanas” Por tanto, cualquiera que oye estás palabras mías y las pone en práctica, será semejante a un hombre sabio que edificó su casa sobre la roca” Mateo 7:24 LBLA)
Oremos los unos por los otros, para que Dios nos ayude a ser íntegros y hagamos su voluntad, que no nos dejemos confundir, en el nombre de Jesús AMÉN
R. Osdalys E. Francia de Miranda (Pastora de la Iglesia E. Presb. “El Buen Pastor” en los Valles del Tuy)
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