Lectura: Lucas 20: 27-38
Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto? – S. Juan 11:25-26 RV 1960.
También, cómo los escribas y fariseos, los Saduceos se acercaban a Jesús para provocarlo y desafiarlo. Siempre buscando la manera de que Jesús se equivocara, y así poder tener motivos para criticarlo y apresarlo.
Estos saduceos no creían en la resurrección, y le preguntaron a Jesús, en la resurrección ¿De quién sería la mujer, esposa, después de muerta, si se había casado con siete hermanos? Ya que los saduceos se basaban en el Pentateuco, es decir; ellos citaron de las leyes humanitarias: “ Cuando los hermanos habitaren juntos, y muriere alguno de ellos, y no tuviere hijo, la mujer del muerto no se casará fuera con hombre extraño; su cuñado se llegará a ella, y la tomará por su mujer, y hará con ella parentesco. Y el primogénito que ella diere a luz sucederá en el nombre de su hermano muerto, para que el nombre de éste no sea borrado de Israel “(Deuteronomio 25:5-6. RV 1960)
Y así, los saduceos le presentan un caso específico, donde una mujer había enviudado siete veces y luego muere ella. Pero resulta que Jesús, se la sabe todas, y siempre tiene una respuesta sabia para todo aquel que la necesite. “Jesús les contestó: En la vida presente, los hombres y las mujeres se casan; pero aquellos que Dios juzgue que merecen gozar de la vida venidera y resucitar, sean hombres o mujeres, ya no se casarán, porque ya no pueden morir. Pues serán como los ángeles, y serán hijos de Dios por haber resucitado “ (Lucas 20:34-37. DHH)
Y continuó Jesús diciendo (Esta vez, es Él quien cita el Pentateuco, en Éxodo 3:6) “Hasta el mismo Moisés, en el pasaje de la zarza que ardía, nos hace saber que los muertos resucitan. Allí dice que el Señor es el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob ¡Y él no es Dios de muertos, sino de vivos, pues para él todos están vivos!” (Lucas 20:3738. DHH)
Allí vemos como Jesús, utilizando las Escrituras, y lo que los saduceos reconocían (El Pentateuco), les enseñó y demostró, que la resurrección es verdad. Además, Jesús les explica que no se debe asumir que el mundo futuro, es igual al que tenemos en el presente. Aquí hay muerte, en la vida que Dios nos ofrece, no la habrá, porque Dios da vida en abundancia y eterna.
Podemos notar que en Mateo 22:29, Jesús les dijo a los saduceos “…Erráis, ignorando las Escrituras y el poder de Dios “. Y a los escribas, no les quedó más remedio que reconocer verbalmente, que lo que Jesús decía, era lo correcto (En Lucas 20:39). Y en Mateo 22:33, la gente se admiraba de su doctrina. Todo esto , nos debe alentar a dos cosas:
La primera, debemos escudriñar muy bien las Escrituras, para no hablar de cosas que no sabemos, pues; nuestro Maestro nos dejó plasmado y establecido ese “Libro” para que sepamos en qué debemos creer y qué debemos hacer.
Y lo segundo, nos anima y nos da esperanza, de que después de esta vida, tendremos otra, otra que será mejor. Recordemos hermanas y hermanos, que Jesús nos dice que Él es la resurrección y la vida; y el que cree en Él, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en Él, no morirá eternamente. Así que a creerlo y ¿De qué manera? Pues, permaneciendo en los caminos de Dios, buscando su presencia y obedeciéndole, para así gozar de sus bendiciones venideras. ¿Amén hermanos/as? Amén.
M. L. Osdalys E. Francia de Miranda (Pastora de la Iglesia Presbiteriana “El Buen Pastor “ en los Valles del Tuy)
Comentários