JUAN 6:56-69
- sinodoipv
- 24 ago 2024
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Jesus continúa (en la línea de lecturas de domingos anteriores) comparando su cuerpo con el pan. El mismo es el verdadero, el único pan que descendió del cielo, el maná sólo satisfizo temporalmente, en cambio El provee vida eterna.

Una cosa es que como maestro enseñe con autoridad, incluso se acepta que pueda hacer milagros, pero otra muy distinta es que se atribuya origen divino; máxime cuando es conocido por todos los presentes en la Sinagoga de Capernaum que él y su familia han residido por muchos años en Nazareth.
Es a partir de este momento que muchos de los discípulos marcan distancia, les costaba mucho aceptar esa nueva doctrina, los judíos manejaban el concepto de los "enviados", básicamente era entendido así el oficio profético , sin embargo estos en ningún momento de la historia se habían equiparado al Padre, eso de descender del cielo era muy difícil de aceptar en el marco de una religión monoteísta.
Ante la deserción de muchos de los discípulos, Jesús interpela a los más cercanos, a los doce, preguntando si ellos también quieren irse, es como si les estuviera dando una última oportunidad, se acercan momentos decisorios: o se está o no se está. Pedro toma para si la representación del grupo y expresa en forma de pregunta lo que para ellos estaba muy claro (a quien iremos?) no habían llegado hasta este momento si no hubieran creído en esa dimensión divina (pan del cielo) de su maestro.
Está porción del evangelio como toda la que antecede resulta un tanto "pesada" , lenta si se quiere, en comparación con el dinamismo que se nota en el accionar de Jesús, son momentos para pensar, meditar, reflexionar en la fé
En estos momentos estamos llamados a hacer algo similar, una pausa en nuestro agitado ritmo de vida celestial y repensar lo que significa para nosotros ese Jesús que hemos reconocido como el pan que descendió del cielo.
Pastor Rev Wilfredo Peña
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