En la lectura del Evangelio de San Juan capitulo 1:20-33, encontramos un relato, el cual contiene varios eventos importantes, relacionado con la vida de Jesús.
Al inicio del Capítulo se menciona la llegada de Jesús a Betania para compartir una cena junto a Lázaro, entre ellos – acompañados de Marta y María. Ésta última, había tomado un perfume de nardo, muy costoso de grata fragancia, lo arrojó a los pies de Jesús, para luego secar sus pies con sus cabellos.
Una escena, que mostraba entrega y reconocimiento al maestro Jesús, que se vio interceptada por los comentarios suspicaces de Judas y a quien Jesús, tuvo que responderle sus preguntas, diciéndole que ella había reservado ese perfume para dia de su sepultura (Capitulo 20:7) , mientras esto sucedía los judíos, estaban al acecho tanto que habían resuelto matar a Lázaro (20:10) , por el crecimiento del testimonio de la resurrección de Lázaro.
De tal manera que Jesús, luego de entrada triunfal a Jerusalén, anuncia su muerte (20:24-25), y expresa su angustia (Cap20:27) y declara una máxima importante para todo aquel que es discípulo:” Quien quiera servirme debe seguirme; y donde yo esté, allí también estará mi siervo. A quien me sirva, mi Padre lo honrará.” (20:26).
En el mencionado pasaje, presenta la condición que debe caracterizar a todo discípulo,: fidelidad, pero esta fidelidad compromete su vida, su existencia. Es entrega plena, capaz de reconocer la voz de su maestro en cualquier circunstancia. Más aun, desde los cielos se ratifica su gloria. (20: 28). Un paralelismo que muestra a Jesús anunciando su muerte y una voz anunciando su gloria, porque finalmente ha de ser expulsado el príncipe de este mundo (20:31)
Un texto que nos muestra la grandeza del salvador, y la dureza de la cruel muerte que l esperaba. Pero desde esta realidad se construye una esperanza tal como lo expresa Jesús : “Ciertamente les aseguro que, si el grano de trigo no cae en tierra y muere, se queda solo. Pero, si muere, produce mucho fruto.” (20:24). Frutos que le han dado dignidad a todos los vivientes en la faz de la tierra, y es medio para La Vida.
Pastor Alberto Villarroel Rosas
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