Jesús, ante la inminente llegada de su partida de este mundo, eleva esta oración de intercesión a su Padre, con quién ha mantenido constante comunicación, mostrando su preocupación por sus seguidores que se van a quedar en esta sociedad que le rechaza, que no lo aceptan como el Mesías y que esa misma actitud será replicada hacia ellos. Jesús en su entrega hace ver que ha cumplido al dar a conocer a Dios a través de sus enseñanzas y al revelarlo en sus vivencias, mostrando su amor, su justicia, su paz, su bondad, su misericordia, su gracia, su verdad y su santidad. Responsabilidad que hoy nos toca a nosotras y nosotros.
Esta oración por sí mismo y por los que Dios le entregó, le encargó. Hombres y mujeres que preparó para la Misión. El Señor muestra aquí ese amor incondicional hacia los que se quedarán en este mundo, donde el mal impera, donde sus enseñanzas no fueron recibidas por los líderes religiosos de ese tiempo. Jesús estuvo allí para protegerlos y librarlos del mal, Pero ya no va a continuar físicamente con ellos, por lo cual ruega a su Padre por ellos y ellas, que han de enfrentar un mundo de injusticia, de egoísmo, de exclusión, de rechazo, de hipocresía.
Jesús pide 4 cosas a favor de sus seguidores. La primera que los guardes del mal porque están en el mundo, rodeado de maldad, cuya solución no es apartarse, aislarse, ser indiferentes. Jesús continúa intercediendo para que no seamos arrastrados por el mal, somos llamados a practicar el bien, anclados a la Vid Verdadera para llevar el fruto del Espíritu: amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, Mansedumbre, templanza. Si ese fruto permanece podremos estar alejados del mal.
Lo segundo que pide es que se mantengan unidos como él y el Padre. Unidos en medio de las diferencias, no es que seamos todos iguales, sino que trabajemos en la misión teniendo un mismo propósito, una misma fe, un mismo amor hacia la humanidad. Servimos al Señor, sirviendo a los demás, aquellos y aquellas que sufren, que son despreciados, que son abandonados, que necesitan una buena enseñanza.
La tercera petición de Jesús mantengan el gozo que él les mostró, no un gozo pasajero, esfimero, que ante la primera adversidad se disipa, es un gozo constante en medio de las dificultades, las desesperanzas, debemos trasmitir a otros ese gozo que solo el Señor puede dar, porque el gozo del Señor es nuestra fortaleza.
La cuarta petición es que los santifique en su Verdad, Jesús ya les había dicho que el Es El Camino, La Verdad y La Vida. Debían ser consagrados, apartados para su servicio, así como él se santificó, se entregó, se consagró par darnos Salvación. Nosotros y nosotras hemos sido llamados y llamadas a consagrarnos al servicio a Dios, así como lo hemos dicho en los diferentes estudios, se muestra y se practica sirviendo a nuestros hermanos y hermanas, a nuestro prójimo, a nuestros enemigos, es decir, que el amor de Dios, que debe estar presente en nuestras vidas, nos impulsa a servir a todos los que nos necesitan, que están a nuestro alrededor y que requieren atención.
Qué Dios nos ayude a cumplir nuestra Misión y Servicio en este mundo!
Rvda Zaida Lara
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