JUAN 10:11-18
El Evangelio de Juan, que corresponde para este cuarto domingo de Pascua, nos presenta la metáfora del Buen Pastor. Es una figura que encontramos en varios textos de las Escrituras, por ejemplo, se nos dice que el Rey David fue pastor de ovejas en su juventud. El Salmo 23, en donde encontramos aquella expresión que tanto nos anima y fortalece "Jehová es mi pastor, nada me faltará". También en Ezequiel 34, que nos presenta la aplicación de esa misma figura, de manera negativa, a los líderes políticos y religiosos de Israel, que son denunciados como malos pastores, debido a que en vez de cuidar al pueblo se aprovechan de ellos y los explotan.
En esta ocasión, Juan presenta a Jesús atribuyéndose a sí mismo esa figura: "Yo soy el Buen Pastor". La expresión "YO SOY" tiene un contenido teológico muy especial y profundo. Es la misma que Dios utilizó para revelarse a Abraham como su Dios, quien lo guiaría y cuidaría. Así mismo, es la misma que Dios le da a Moisés para que responda con autoridad al Faraón. Es la misma expresión que nos continúa dando para afianzar nuestra fe en medio de cualquier circunstancia que tengamos que vivir.
El Nuevo Testamento, Jesús dice "YO SOY" "el pan de vida, la luz del mundo, la resurrección, el camino y la verdad y la vida", revelando de esta manera su divinidad y carácter mesiánico.
Juan en su narración, también advierte que hay malos pastores. Aquellos que son asalariados y ladrones quienes, dando prioridad a sus intereses personales o institucionales, abandonan a las ovejas que han sido puestas a su cuidado. Los malos pastores aparentan ofrecer protección y cuidado, pero en la práctica, en su alto grado de irresponsabilidad lo que hacen es desproteger y hacer más vulnerables a las ovejas. En este orden de ideas, es importante resaltar que el término griego que usado por Juan para referirse a "BUENO", significa bondadoso, cariñoso, amable, noble y caritativo.
Es por esto que el Buen Pastor da su vida por las ovejas, corre los riesgos que sean necesarios. Conoce a sus ovejas, ellas escuchan su voz, lo conocen y lo siguen. Entre este Buen Pastor y las ovejas de desarrolla una relación mayor que viene a ser como la relación que hay entre Dios Padre y Jesucristo, el hijo, que les permite ser "uno solo". Relación a la cual Jesucristo hace referencia cuando ruega al Padre por sus discípulos de ese momento y por los que habrían de creer: “…para que todos sean uno; como tú padre, en mí, y yo en ti,..(Juan 17:21 RVC). Juan termina la narración dándole una connotación comunitaria y de inclusión a su enseñanza, cuando Jesús dice: “También tengo otras ovejas que no son de este redil; y también debo traerlas. Ellas me obedecerán, y formarán un solo rebaño con un solo pastor (Juan 10:16-18 DHH).
Aplicando este texto a nuestra realidad, recatamos la importancia de no angustiarnos ante las dificultades que enfrentamos cada día. Vivamos nuestra cotidianidad confiadamente, porque tenemos a Jesús, quien es nuestro BUEN PASTOR. Jesús asumió los riesgos de su opción ministerial, dio su vida por nosotros, murió en la cruz para darnos vida abundante y al subir al cielo no nos dejó huérfanos, Él prometió estar con nosotros hasta el fin del mundo y nos ha enviado al Espíritu Santo para que nos guíe y nos de fortaleza.
De igual manera reta a su comunidad de seguidores, a ser una comunidad vital, resucitada al igual que Él. Una comunidad unida por el amor, la cual, se caracteriza por el desarrollo de un buen pastoreo de cuidado mutuo. Una comunidad que vive y actúa a la manera de Jesucristo Resucitado.
¡Ánimo, Celebremos porque Cristo Vive, Aleluya!
Rvdo. Uriel Ramírez
Pastor Iglesia El Buen Pastor-Guarenas