¡Hay fiesta en el Cielo! Esa es una expresión escatológica de júbilo, que indica que un pecador o una pecadora son salvos por la acción diligente de un Pastor, Pastora, líder de la Iglesia o cualquier miembro bien preparado de nuestras congregaciones. El buen Pastor o Pastora, no duda en salir a buscar a la oveja pérdida, dejando su propia comodidad y a las otras ovejas seguras en el redil, al cuidado de los unos por los otros. En la primera parte de la lectura se ve claramente las funciones profundamente éticas que cumplen los buenos Pastores y Pastoras, la labor que cumple el buen redil, debemos cuidarnos mutuamente, demostrando así el Sacerdocio que todos y todas tenemos en la Comunidad de Fe. El Buen Pastor o Pastora, sale a buscar a las ovejas pérdidas, lucha "por y con" su redil, se dice que David, siendo casi un niño, luchaba contra osos y leones con palos, piedras y hondas, poniendo a riesgo inclusive su propia vida, asegurando así que ninguna fuera devorada por las bestias salvajes fe su entorno. Hoy en día, muchos supuestos Pastores y Pastoras que cuando viene el peligro y la amenaza, salen huyendo y se ponen a salvo, abandonando a sus ovejas a su suerte y riesgo, faltando así al llamado y a la vocación supuestamente inspirada por el Espíritu Santo en ellos y ellas. El otro relato, la mujer pierde una de sus diez monedas, y nos dice Jesús que diligentemente busca una lámpara y una escoba, la Luz y la Palabra, y barre hasta encontrar la moneda perdida. En ambos relatos hay fiesta, expresiones de gozo y alegría, señalando así el Evangelio que la tarea nuestra debe ser hecha con diligencia y terminar en felicidad y celebración. Jesús, modelo de buen Pastor, capaz de dar su vida por sus ovejas, la mujer imagen de la Iglesia que sabe usar la Luz y la Palabra que Dios le ha dado, limpia a su alrededor y en su interior hasta encontrar al perdido. La lectura también nos indica que no estamos salvos o seguros, si no estamos todos y todas completos, que no hay que desistir o desanimarnos si alguno se extravía. Hay que encender la luz y tomar nuestras escobas, buscar y encontrar a quienes se han perdido, no abandonarles, ni olvidarles, no criticarles ni rechazarles, como dice aquel controversial pensamiento: "O nos salvamos todos o se salva nadie". Vamos a encontrarles y a traerlos al redil y hagamos fiesta, porque rescatamos a quienes el mundo consideraba perdidos. ¡Habrá fiesta en el Cielo si sabemos hacer nuestro trabajo eficientemente con ética y fidelidad a Dios y a su Iglesia!
Rev. Obed Juan Vizcaíno Nájera
Pastor de la Primera Iglesia Presbiteriana de Maracaibo
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