¡Feliz Año!
Luc. 4:14-21
En el tema de la semana pasada, Jesús da inicio a su ministerio público (según los registros). Con el milagro en las bodas de Caná de Galilea. Y luego, dice la biblia que fue llevado al desierto para ser tentado por el maligno. Situación de la cual salió airoso. Luego de una situación de tribulación, hambre, sed, exposición al clima insolente. No detiene su andar, sino más bien con mayor énfasis y convicción continúa su ministerio. Caminando lleno del Poder de Dios.
Su fama se había extendido por toda la cosmopolita Galilea y toda la región. Algunas versiones bíblicas dicen que “Lo Glorificaban.” Y no era para menos, con palabras y obras demostraba que no era un profeta común y ya acercaba la hora de testificar al pueblo quien era realmente y cuál era su misión aunque aquello pudiese causarle graves problemas.
Jesús se convierte en alguien popular, alabado y aclamado por las multitudes. Hasta tal punto de tener el privilegio de ser maestro en las sinagogas. Y regresando a su natal Nazaret, entra a la sinagoga como de costumbre y tomando el rollo de Isaías que había escrito para ese momento precisamente, (unos 750 años antes). Leyó en voz alta y con autoridad:
“El Espíritu del Señor está sobre mí,
por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres;
Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón;
A pregonar libertad a los cautivos,
Y vista a los ciegos;
A poner en libertad a los oprimidos;
A predicar el año agradable del Señor.”
Como mencioné anteriormente, pudiendo elegir otros escenarios o tribunas, el Señor decide comenzar entre los suyos, con su gente. Donde es acogido con alegría y en este caso la expresión: “¿No es este el hijo de José?” Era de reconocimiento y no de desprecio.
Qué maravilloso es poder contar con la aprobación y el reconocimiento de nuestros afectos más cercanos: familia, amigos y o vecinos cuando decidimos emprender algún trabajo, obra social o ministerio a favor del Reino de Dios. Por supuesto que eso dependerá de nuestro testimonio, integridad y paridad entre lo que hacemos y decimos. Es posible que como a Jesús, se nos presenten momentos duros, difíciles y de tentación pero si somos fieles al Dios de la Vida, nos dará la victoria y todas sus promesas serán una realidad en nosotros(as).
Solo debemos estar dispuestos(as) a atender al llamado que ÉL nos hace, de anunciar el Año Agradable del Señor a los pobres, enfermos, tristes, desanimados, a los presos naturales y espirituales.
¡Llevando un mensaje de Salud, Salvación y Esperanza..!
M.L. Carlos E. Blanco
IP “El Buen Pastor”
Guatire-Miranda
Comments