Lucas 23:33-43
En el día de hoy celebramos Cristo Rey, y de esta manera damos por terminado el año litúrgico. En esta celebración, es necesario tomarnos el tiempo para pensar: ¿Quién es Jesús para nosotras/os? Reflexionando sobre la figura que hemos venido estudiando en los domingos anteriores y que será tema central en el adviento que se aproxima.
En el evangelio de Lucas 23:33-43 se muestra a Jesús siendo crucificado y burlado con un letrero que afirma que quien moría en ese lugar era EL REY DE LOS JUDÍOS. Un rey que había que había fracasado y cuyo poder sucumbía en esa cruz. Por tanto, para aquel imperio, Jesús solo fue un incómodo más cuya acción fue sepultada.
Desde nuestra fe creemos que la historia no termina allí, tenemos una relectura, Jesús llega hasta esa muerte para convertirse en Salvador, para ser el cordero de Dios que quita el pecado del mundo. Y a partir de ese hecho, consumar la acción redentora que había sido prometida.
Pensar en la figura de Jesús desde nuestra fe implica afirmar que Jesús es un rey que se encuentra en disonancia con los poderes de este mundo y que ha venido a promover un nuevo concepto de vida y de poder. El Jesús en quien creemos es incomodidad para el pecado, la corrupción, el poder y la muerte. Creer en Jesús es creer en un Rey, pero en medio de un reino que no se parece a la realidad actual, creer en Jesús es creer en su proyecto de Reino que vendrá, pero que nos ocupa desde ya, que nos llena de esperanza, y nos llama a querer transformarlo todo.
Pbro. Julio César González
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